Mía Orellana nació en 2007 y desde muy pequeña entendió que el deporte sería parte esencial de su vida. Su primera gran experiencia fue el cheerleading, disciplina en la que se formó con exigencia, alcanzando reconocimientos a nivel internacional y desarrollando la fortaleza mental que marcaría su camino.

Con el paso del tiempo, su interés se desplazó hacia un terreno completamente distinto: el automovilismo. Allí descubrió un espacio donde podía unir disciplina, adrenalina y carácter competitivo. A los 17 años logró lo que ninguna otra mujer había hecho en Chile: ingresar de manera oficial al drift, un deporte que exige precisión, valentía y concentración absoluta.

Hoy, Mía combina la frescura de su juventud con una determinación inquebrantable. Su historia recién comienza, pero ya se perfila como una referente en el automovilismo chileno, demostrando que la pasión por la velocidad no tiene limites.